¿Sabías que existen ciertos Alimentos
o preparaciones que actúan como promotores del cáncer?
El azúcar es el principal combustible para que las
células cancerígenas puedan cumplir sus procesos químicos para crecer y
multiplicarse, ten en cuenta esto, de manera
que puedas evitar que tus meriendas o “snacks” sean azucarados, cargados de
carbohidratos simples.
Por ello, una de las estrategias a seguir en cualquier dieta anti-cáncer
es la de llevar una alimentación baja en glucosa. Eso significa NADA DE
AZÚCARES REFINADO, incluye en tu alimentación la fibra, prefiere por ejemplo
mas el pan integral que el pan blanco (preparado con harina refinada), usa
edulcorantes no calóricos (stevia, sucralosa o splenda, aspartame), y evitar
para toda la vida el tomar refrescos con gas azucarados. Recuerda que esto de
comer alimentos bajos en azúcar, y evitar los carbohidratos simples, evitara el
crecimiento tumoral y también mantendrás tu peso saludable.
Revisa el etiquetado nutricional, debes evitar: sirope de maíz (alto en
fructosa), azúcar, sacarosa, harina blanqueada enriquecida, arroz blanco, pasta
blanca, pan blanco.
Los aceites hidrogenados son considerados potencialmente peligrosos.
Estos aceites hidrogenados y parcialmente hidrogenados son desarrollados
a partir de elementos naturales que de otra manera serían inofensivos. Para
hacerlos hidrogenados, los aceites son calentados en presencia del hidrógeno y
catalizadores metálicos. Este es el caso de las margarinas que cuando se
refrigeran se endurecen. Te sugerimos evitarlas!
Este proceso ayuda a prolongar la vida del aceite, pero al mismo tiempo
crea GRASAS TRANSGÉNICAS, que solo deben ser incluidas en las etiquetas si el
alimento contiene más de 0,5 gramos por ración. Para evitar poner las grasas
transgénicas en la lista, o para poder decir que son “libres de grasas
transgénicas” en la etiqueta, los fabricantes simplemente ajustan el tamaño de
las raciones hasta que el contenido en grasas transgénicas cae por debajo de
los 0,5 gramos por porción individual.
Además de ser un factor causante de cáncer, las grasas transgénicas
provocan enfermedades del corazón, interrumpen los procesos metabólicos y
causan el aumento de la grasa visceral que se refleja en el antiestético
“flotador”, que atrapa a los órganos y presiona al corazón. Los ácidos grasos
esenciales que el proceso de hidrogenado destruye, son responsables de un gran
número de procesos en nuestro cuerpo. Cuando las grasas transgénicas reemplazan
a estos ácidos grasos, ocupan el mismo espacio, sin hacer el mismo trabajo.
Un ejemplo clásico es
aquella persona con mucha grasa en la barriga que no puede dejar de comer esas
galletas y pastelitos llenos de grasas transgénicas (y con mucha harina blanca
y azúcares simples), quien presenta el ambiente ideal para el desarrollo del
cáncer.
Como las grasas transgénicas se forman normalmente durante el proceso de
freír los alimentos, también deberíamos hablar de las acrilamidas. Las acrilamidas no son añadidas a los alimentos,
se crean durante el proceso de freír. Cuando los alimentos que tienen almidón
son sometidos a altas temperaturas, se forman las acrilamidas. Un estudio sueco
descubrió que las acrilamidas causan cáncer en ratas, y se están llevando a
cabo más estudios que confirman que también causan cáncer en humanos.
Nitritos y nitratos: Las empresas alimenticias añaden nitrito de
sodio a algunos alimentos a propósito. Este carcinógeno se añade a las carnes
procesadas, salchichas, tocineta, y cualquier otra carne que necesite un color
rojizo para parecer “fresca”. Los nitritos por sí mismos no son el problema.
Durante el proceso de digestión, sin embargo, el nitrito de sodio se convierte
en nitrosamina, y ahí es donde comienzan los problemas con el cáncer. La
nitrosamina es un carcinógeno, pero como no es técnicamente un ingrediente, su
presencia puede ser fácilmente pasada por alto en el envase.
También encontramos nitrosaminas
en alimentos encurtidos, fritos, o ahumados; en cosas como la cerveza, el
queso, los subproductos de pescado, y el humo del tabaco.
Conocer todos estos ingredientes no significa que exista una “lista
corta” de alimentos que hay que evitar. Hay que estar vigilantes y leer las
etiquetas constantemente. Lo ideal sería incluir en tu alimentación alimentos
ricos en antioxidantes (frutas y vegetales ricos en betacarotenos, y vitamina
C) para contrastar el efecto cancerígeno
de eso alimentos o preparaciones.
Un ejemplo:
Perros Calientes: La Coalición
para la Prevención del Cáncer recomienda que los niños no coman más de 12
perritos calientes al mes, debido al riesgo de cáncer. Si de todas maneras los
vas a tomar, como te dijimos antes incluye un jugo de naranja en el momento de
ingerirlos.
Además de evitar estos alimentos sospechosos, lo principal para reducir
el riesgo de cáncer sería:
* Cuando consumas alimentos procesados o industriales, incluye a los
vegetales en tu dieta.
* Consumir alimentos que
tengan grasas omega 3 y otros ácidos grasos esenciales (pescados, aceite de
oliva, aceitunas).
* Comer muchas frutas y
verduras (hasta 5 porciones al día), prefiere aquellas de colores atractivos
amarillo, rojo, verde oscuro.
* Has ejercicio regularmente,
ya que los tumores no pueden prosperar en ambientes altamente oxigenados.
* Evita el consumo de postres
y el exceso de azúcar así podrás mantener estables los niveles de azúcar.
* Consumir alimentos altos en
vitamina C natural (mango, fresas, naranja, limón, mandarina), un nutriente que
impide la conversión del nitrito en nitrosamina, y promueve una función sana
del sistema inmunitario.
* Asegurate de conseguir las
cantidades adecuadas de la gran arma contra el cáncer, la vitamina D, a través
de la exposición controlada al sol (sobre 10 a 15 minutos cada día, si se tiene
la piel clara, o hasta diez veces más si se tiene la piel oscura.) evita la
exposición en los horarios de 11 am a 3 pm
* Mantener un buen nivel de
hidratación (tomar abundante agua), para asegurarse de que el cuerpo se libera
de las toxinas.
* Evitar fumar y Revisa el etiquetado de los cosméticos que
usas, ya que prácticamente todos contienen elementos químicos cancerígenos.