lunes, febrero 11, 2013

ACTIVIDAD FISICA Y SALUD

ACTIVIDAD FISICA Y SALUD 


La actividad física es cualquier actividad que haga trabajar al cuerpo más fuerte de lo normal. Sin embargo, la cantidad real que se necesita de actividad física depende de los objetivos individuales de salud, ya sea que se esté tratando de bajar de peso y que tan sano se esté en el momento. 
La actividad física puede ayudar a: 
  • Quemar calorías y reducir la grasa corporal 
  • Reducir el apetito 
  • Mantener y controlar el peso 
Si el propósito es bajar de peso, la actividad física funciona mejor cuando también se reduce la ingesta de calorías. 
La cantidad de calorías quemadas depende de la cantidad de tiempo que se invierta en la actividad física. Por ejemplo, caminando durante 45 minutos se quemarán más calorías que caminando durante 20 minutos. 
El peso corporal: Por ejemplo, una persona que pesa 87 kg gastará más energía caminando durante 30 minutos que una persona que pese 67 kg. 
Ritmo: Por ejemplo, caminando a 5 km por hora se queman más calorías que caminando a 2.5 km por hora. 


TASA METABÓLICA BASAL 

La tasa metabólica basal (BMR) es el número de calorías que utiliza el cuerpo cuando está en reposo y representa la mayor cantidad de consumo de calorías de una persona. La tasa metabólica basal de un individuo depende de las funciones del organismo como respiración, digestión, ritmo cardíaco y función cerebral. La edad, el sexo, el peso y el tipo de actividad física afectan la tasa metabólica basal, la cual aumenta según la cantidad de tejido muscular del individuo y se reduce con la edad. 
La actividad física aumenta el consumo de calorías y la tasa metabólica basal, la cual puede permanecer elevada después de 30 minutos de una actividad física moderada. Para muchas personas, la tasa metabólica basal puede aumentar un 10% durante 48 horas después de la actividad física. Esto quiere decir, por ejemplo, que incluso después de realizar una actividad física, cuando la persona se encuentra en estado sedentario y viendo televisión, el cuerpo está usando más calorías de lo habitual. 


EFECTOS SOBRE EL APETITO 

La actividad física a un ritmo moderado no aumenta el apetito; de hecho, en algunos casos lo reduce. Las investigaciones indican que la disminución del apetito después de la actividad física es mayor en individuos que son obesos que en los que tienen un peso corporal ideal. 


PÉRDIDA DE GRASA CORPORAL  

Una persona pierde el 25% de la masa corporal magra y un 75% de la grasa corporal cuando pierde peso únicamente mediante la reducción de calorías. La combinación de la reducción de calorías con la actividad física puede producir una pérdida de grasa corporal del 98% y una pérdida de peso que se logra con esta combinación es más efectiva. Para el mantenimiento de un peso corporal deseable, se recomienda mantener el nivel de calorías junto con la actividad física para preservar la masa corporal magra y el tono muscular. 


RECOMENDACIONES: 

Para bajar de peso y mantenerlo 
Realizar actividad física al menos 3 veces por semana y, si se incrementa a 4 o 5 veces por semana, los beneficios serán aún mayores. Distribuir la actividad física durante toda la semana en lugar de hacerla durante 3 o 4 días consecutivos para disminuir el riesgo de lesiones. 
La frecuencia cardíaca que se debe alcanzar durante la actividad física debe estar entre un 60 y un 90% de la frecuencia cardíaca máxima. 
Para calcular la frecuencia cardíaca que se debe alcanzar, se puede utilizar la siguiente fórmula: 
220 (latidos por minuto) menos la edad = frecuencia cardíaca máxima. 
Frecuencia cardíaca máxima multiplicada por el nivel de intensidad = frecuencia cardíaca que se debe alcanzar. 
Por ejemplo, una mujer de 50 años que se ejercita a un máximo de 60%, debe usar el siguiente cálculo: 
220 - 50 = 170 (frecuencia cardíaca máxima) 
170 X 60% = 102 (frecuencia cardíaca por lograr) 
Este es su frecuencia cardíaca ideal, sin importar el tipo de actividad física que decida realizar. 
La actividad física a un 60 o 70% de la frecuencia cardíaca máxima puede realizarse de forma continua y segura durante un tiempo prolongado. Si un ejercicio es muy agotador, no se puede mantener una conversación durante la actividad física (la persona está sin aliento). 
Se recomiendan 20 minutos de actividad aeróbica continua 3 días a la semana para la pérdida de peso. Ejemplos de actividad física que pueden considerarse aeróbica son: caminar, correr, trotar, escalar, nadar, pasear en bicicleta, remar, bailar, esquiar a campo traviesa y saltar la cuerda. 


BENEFICIOS 

La actividad física contribuye a la salud gracias a la reducción de la frecuencia cardíaca, la disminución del riesgo de una enfermedad cardiovascular y la reducción de la cantidad de pérdida ósea asociada con la edad y la osteoporosis . La actividad física también ayuda al cuerpo a quemar calorías de una forma más eficiente, facilitando así la pérdida y el mantenimiento del peso. Puede aumentar la tasa metabólica basal, reducir el apetito y ayudar a la reducción de grasa corporal. 


EFECTOS SECUNDARIOS 

La actividad física debe realizarse a un ritmo que sea apropiado para la persona. Es importante y conveniente hacerse evaluar por un especialista en medicina deportiva para evitar que se produzcan lesiones por una actividad física iniciada sin tomar en consideración el tipo o duración de la actividad y la condición física de la persona. 


ACTIVIDAD FISICA DURANTE EL EMBARAZO 

Hoy es muy común practicar gimnasia durante el embarazo. La actividad física es el mejor camino para llegar al parto de forma saludable, aconsejada por médicos y controlada por profesionales del deporte. 
Los cambios que se producen en el organismo son muchos, cuando una mujer está esperando un hijo. Por eso es necesario que el propio cuerpo vaya adaptándose de a poco a todas esas nuevas sensaciones. La actividad física específica y controlada es lo mejor para que la mamá disfrute, con la menor cantidad de complicaciones o dolores, los nueve meses de gestación y, además, llegue en óptimas condiciones físicas al parto, lo que no es menos importante. 
La gimnasia para embarazadas no es algo que haya existido desde siempre. Los tiempos han cambiado, y esta necesidad se intensificó, concretamente, hace poco más de dos décadas. Los médicos empezaron a tomar conciencia de que la mujer que había realizado actividad física durante el embarazo se encontraba más preparada a la hora del parto, participaba de manera más activa, su estado físico era mucho más adecuado y gracias a lo cual, se observó una visible baja de consultas por dolores y molestias pre y post parto. 
Actualmente la actividad física específica para embarazadas se ha extendido y son los propios médicos quienes aconsejan a las futuras mamás acerca de sus beneficios. Es importante destacar que la actividad física hace posible que el cuerpo libere agentes químicos que ayudarán a la futura mamá a relajarse, sumando a que la rápida circulación de sangre provocada por la gimnasia permite una mejor oxigenación del cuerpo de la embarazada y de su bebé. 
A lo largo de todo el embarazo se realizan ejercicios localizados, para poder trabajar todas aquellas zonas del cuerpo que se alteran y reducir así las afecciones más comunes: dolor de espalda, molestias debajo de las costillas, caída de los hombros hacia delante. Asimismo, las futuras mamás aprenden y trabajan todos los ejercicios que deberán poner en práctica en el momento del parto. 
Finalmente, llega el momento esperado. Aquí la mamá se encuentra en la instancia de post parto y también ahora, como entonces, es importante realizar actividad física. A través de ella, el cuerpo de la mamá podrá volver más rápidamente a su estado normal para continuar ágil, activa y hermosa, ahora junto a su bebé. 
La época del embarazo es para la mujer una etapa de la vida donde los deseos de cuidado propio y de su bebé ocupan gran parte de sus expectativas. Tal vez, no haya otro momento en la vida de la mujer en el cual sea más necesaria la práctica regular de ejercicios, teniendo en cuenta que dar a luz implica una gran actividad física y, como en cualquier otra de ellas, no cabe esperar una feliz culminación sino se cuenta con cierto aprendizaje o desarrollo previo. 
El objetivo de la preparación física, es poner en las mejores condiciones posibles la musculatura de la mujer, en especial la del abdomen, columna y pelvis, durante los meses anteriores al momento del parto y de ayudarla a recuperarse rápidamente después de ese esperado momento. La actividad física hace al cuerpo liberar endorfinas, que le ayudarán a relajarse y a suavizar las tensiones y preocupaciones. La rápida circulación de la sangre provocada por el ejercicio garantizará una mejor oxigenación de su cuerpo y de su bebé. 
En resumen, el ejercicio regula y mantiene el tono muscular y la fuerza, protege contra el dolor de espalda, ayuda a prevenir una excesiva acumulación de grasa en el cuerpo, y tiene un positivo efecto en el nivel de energía, estado de ánimo y la imagen de sí misma. Para la mamá hacer ejercicios regularmente le dará satisfacciones tanto desde el punto de vista físico como emocional: es una buena manera de prepararse para los cambios que surgirán en los meses por venir. 
Algunos Beneficios de la actividad física para la mamá son los siguientes: 
• Recibirá un estímulo emocional positivo debido a la liberación de hormonas. 
• Mejorará su autoestima gracias al aprendizaje de nuevos modos de utilizar su cuerpo. 
• Podrá encontrar, en las clases de actividad física para embarazadas, nuevas amigas en otras madres. 
• Puede compartir la rutina de ejercicios con su pareja u otros miembros de su familia. 
• A través del ejercicio practicado en forma regular, podrá aliviar dolores de espalda, constipación, calambres en las piernas y la falta de aliento. 
• Aumentará su nivel de energía. 
• Estará mejor preparada para reasumir sus actividades después del parto. 
• Recuperará más rápidamente su estado físico previo al embarazo. 
Cada vez que la futura mamá practica los ejercicios recomendados, su bebé recibe una cuota mayor de oxígeno en la sangre el cual mejorará su metabolismo y le brindarán una sensación placentera. Todos sus sentidos, particularmente los cerebrales, pasarán a funcionar en su nivel óptimo. 
Algunos Beneficios de la actividad física para el bebé son los siguientes: 
• Las hormonas liberadas durante el ejercicio pasan a través de la placenta hasta el bebé. Al comenzar los ejercicios éste recibe un estímulo emocional proveniente de la adrenalina de la mamá. 
• Durante el ejercicio el bebé experimentará los efectos de las endorfinas, sustancia que nos hacen sentir mucho mejor y más relajados. 
• Al finalizar la actividad física, las endorfinas ejercen un poderoso efecto tranquilizador, el cual puede durar más de ocho horas, y es percibido por el bebé 
• El movimiento del ejercicio es confortador y el bebé se sentirá complacido por el efecto de los balanceos. 
• Cuando la futura mamá se ejercita, los músculos de su abdomen realizan una especie de masaje agradable y calmante para el bebé. 


ACTIVIDAD FISICA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES 

Una definición en cuanto al comportamiento de un niño también podría dirigirse al tipo de actividad que practica; el tipo de medio ambiente en el cual él/ella la realiza (por ej. en el parque, la escuela); el uso de juguetes o aparatos; y la interacción con amigos y miembros de la familia. Aunque no siempre sea factible hacer un análisis cuantitativo de los componentes de comportamiento de la AF, estos factores tienen que ser considerados para poder entender porque algunos niños son menos activos que otros. 


Factores de Riesgo Durante la Niñez y la Adolescencia 

En los adultos, los "factores de riesgo" han sido identificados como aquellas características físicas y del comportamiento que están ligadas al desarrollo de ciertas enfermedades crónicas. Investigaciones abundantes han producido información sobre la fuerza predominante de dichas ligazones en los adultos. Sin embargo, permanece la pregunta sobre si los mismos factores de riesgo pueden suponerse también para los niños y los adolescentes. Entre los factores que se han estudiado se incluyen el perfil anormal de las lipoproteínas, la obesidad, la hipertensión, la disminución de la sensibilidad a la insulina, y el hipo actividad física, aunque futuras investigaciones podrían probar que algunos de estos factores cuando son medidos durante la niñez, no son relevantes para la predicción de enfermedades futuras. 

"Niñez" hace referencia al período hasta el comienzo de la pubertad, mientras que "adolescencia" denota el período que comienza con la pubertad y finaliza con la edad adulta. Sin embargo, y tratando de ser breves, en este texto el término niñez será empleado para denotar, en un sentido general, los años antes de la adultez, a menos que el contexto requiera una distinción más precisa entre niñez y adolescencia. 


RIESGOS EN LA SALUD DE LOS ADULTOS: ¿UN ASUNTO PEDIATRICO? 

Aun cuando los puntos terminales clínicos de enfermedades tales como la enfermedad coronaria del corazón (ECC), la hipertensión (HT), y la osteoporosis, ocurren típicamente en la edad adulta, hay evidencias crecientes, particularmente con respecto a ECC e HT, que estas enfermedades ya tienen antecedentes durante la niñez y la adolescencia. Probablemente, hay una lógica y fuerte relación entre la obesidad adulta y la obesidad adolescente. Por lo tanto es justo establecer que, ciertamente, estas enfermedades son un tema legítimamente pediátrico, y que su reconocimiento y prevención en los albores de la vida es de suprema importancia para la salud pública. 


Efectos del Entrenamiento vs. Crecimiento y Maduración 

Varias funciones fisiológicas que responden al entrenamiento también cambian en conjunción con el crecimiento o la maduración. Algunos de los cambios son en la misma dirección, mientras que otros cambian en la dirección opuesta. Asimismo, varios de los factores de riesgo para ECC cambian con el crecimiento y la maduración, sin tener en cuenta el nivel de actividad de la persona.  


Actividad Versus Aptitud Física 

El rol de una AF aumentada en la reducción del riesgo coronario ha quedado bien demostrado en adultos, aun cuando los efectos de la Aptitud Física (FF) sean parcializados. Al respecto, no hay disponibilidad de datos en niños. Además, es probable que muchos niños que son más activos con respecto a sus pares, representen un grupo preseleccionado por su mayor aptitud motora y más elevada FF. 
Para algunos factores de riesgo, los programas de intervención que han demostrado resultados prometedores y constantes, son naturalmente multidisciplinarios. El mejor ejemplo es la combinación de una dieta baja en calorías, un gasto de energía aumentado, y la modificación del comportamiento en el tratamiento de la obesidad juvenil. En tales intervenciones es imposible evitar los efectos específicos de una AF fortalecida. 


EFECTOS DE LA ACTIVIDAD A CORTO PLAZO SOBRE LOS FACTORES DE RIESGO 

Aunque los estudios de corte transversal muestran que los niños activos tienen un perfil de riesgo coronario más favorable que sus contrapartes sedentarias, hay pocas evidencias (basadas en observaciones longitudinales) de que en chicos saludables, una AF aumentada, verdaderamente reduzca el riesgo. Una explicación posible es que en general, entre la población infantil el riesgo es bajo, y por lo tanto, no es probable que en el futuro se reduzca con la intervención del ejercicio. Ciertamente, sean cuales fuesen los cambios en el riesgo coronario que puedan ser adjudicados a la intervención, parecen afectar a los niños que ya tenían un riesgo alto, o sea, aquellos con obesidad, hipertensión y dislipoproteinemia. Por lo tanto, la discusión que sigue a continuación se concentrará en aquellos que ya ocupan elevados percentiles de los respectivos factores de riesgo. 


Adiposidad 

Dependiendo del criterio para obesidad, el muestreo y los métodos para evaluar la adiposidad, se ha reportado que en los EEUU, la prevalencia de la obesidad juvenil alcanza un rango del 10 al 25 %. Mediciones hechas a nivel nacional sugieren que esta prevalencia sigue en ascenso. De este modo, la obesidad es la más común de las enfermedades crónicas pediátricas en Norte América. Los niños obesos tienen una mayor acumulación de factores de riesgo cardíocoronario, tales como tensión sanguínea elevada, baja sensibilidad a la insulina, e hiperlipoproteinemia, comparados con sus pares más delgados. Sin duda la obesidad juvenil es un importante desafío a la salud pública. 


El Ejercicio en Conjunción con Otras Intervenciones 

Los programas que incluyen una combinación de ejercicios, dieta baja en calorías y una modificación del comportamiento, parecen más eficaces que aquellos que usan solamente una de las intervenciones recién mencionadas, particularmente si los niños y sus padres llevan a cabo una modificación en el comportamiento.  


Tensión Sanguínea Arterial (TA) 

Ha quedado demostrado que una AF aumentada induce a una reducción, a corto plazo, de la TA sistólica y diastólica de reposo, particularmente entre los adultos con hipertensión.

  
DISTRIBUCION DEL CUIDADO DE LA SALUD: CLINICAS VERSUS PROGRAMAS ESCOLARES DE BASE 

Suponiendo que una AF aumentada durante la niñez tiene sus méritos en la prevención o disminución de los riesgos en la vida adulta, queda por resolver cuáles son los mejores medios para la distribución de los programas de ejercicio relacionados con la salud. Aunque la evaluación del riesgo puede ser hecha adecuadamente en un hospital o clínica, dichos lugares no son conducentes para la distribución de programas de ejercicio, a gran escala. Por el otro lado, las escuelas tienen de por sí varias ventajas porque ellas proveen de: a) una gran concentración de niños que tienen un alto perfil de riesgo, o que son candidatos a desarrollar tal perfil; b) una concentración de al menos algunos profesionales relevantes (educador de la salud, educador físico, dietistas, enfermeras, consejeros sobre el comportamiento); y c) facilidades deportivas para actividades a lo largo del año. Además, los chicos son participantes cautivos de 8 a 10 meses al año, y hay buenos canales de comunicación con los padres. Otro factor importante es que los programas que se realizan dentro del marco escolar no conllevan el estigma clínico, que existe en las clínicas y los hospitales, y que disuaden a muchos individuos jóvenes (adolescentes obesos) de participar. 
Por lo tanto, el medio ambiente escolar puede ser una manera conducente para canalizar programas terapéuticos y multidisciplinarios (por ej., educación nutricional, clases con incremento de ejercicios, modificación del comportamiento para el manejo de la obesidad). En muchas escuelas, el profesional mejor preparado para coordinar tal programa es el profesor de Educación Física, quien también tiene experiencia en educación para la salud. Los profesores de Educación Física son adeptos (o pueden serlo) a test de aptitud física y antropometría, y ellos están en la posición de ser los primeros en darse cuenta si un niño se excede en el peso.  


Limitación Funcional en Adultos de 40 Años y más edad 

Se ha demostrado que la actividad física afecta positivamente el funcionamiento físico y previene la limitación funcional (incapacidad para desarrollar normalmente tareas y funciones diarias), especialmente entre las personas mayores. Los posibles mecanismos para este efecto podrían incluir la reducción en la incidencia de enfermedades crónicas, la mayor causa de limitación funcional y el mantenimiento de la capacidad fisiológica para permitir una normal performance funcional. La actividad física está asociada con un funcionamiento óptimo y una baja incidencia de limitación funcional entre personas relativamente sanas y entre aquellos con patologías crónicas. Además, se ha observado que la capacidad física está asociada con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y mortalidad. A pesar de que la capacidad física y la actividad están estrechamente relacionadas, la capacidad física raramente se la ha utilizado en estudios epidemiológicos sobre la limitación funcional. Es razonable postular que la capacidad física también podría estar asociada con un mejor funcionamiento. 


Actividad Física y Menopausia 

La edad cronológica y la edad fisiológica no son sinónimos. En los años posteriores a la menopausia, toda mujer toma decisiones diarias que afectan a su salud y a la calidad de vida de entonces y de los años futuros. Una decisión es la elección entre un estilo de vida sedentario y uno activo. La mujer que elige ser sedentaria ha elegido un camino, que en sí, es un factor de riesgo para enfermedades crónicas. En muchos aspectos, los efectos de la inactividad imitan a los efectos del envejecimiento, y viceversa. La mujer físicamente activa puede ser fisiológicamente diez o veinte años más joven que una mujer sedentaria de su misma edad. La razón es simple: los sistemas fisiológicos se adaptan a las demandas que se imponen sobre ellos. 
La mujer activa no sólo obtiene un beneficio fisiológico inmediato, sino que también se está asegurando una buena calidad de vida en el futuro. La mejor medicina preventiva contra algunos de los problemas de la vejez puede ser la "prescripción de ejercicios" de por vida. Afortunadamente, nunca es demasiado tarde para sacar provecho de la actividad física. Las mujeres sedentarias que comienzan un programa de ejercicios mejorarán la capacidad funcional de su sistema cardiovascular, tendrán mayor fuerza y resistencia muscular y aumentarán la flexibilidad. Una "prescripción de ejercicios" individualizada, realizada por un profesional capacitado, asegurará que tales beneficios se obtengan a través de una progresión segura de actividades. 


Palabras Clave: vejez, adaptaciones fisiológicas, potencia aeróbica, fuerza muscular, menopausia. 
Cuando la mujer actual, bien informada y activa, alcanza la menopausia, sus expectativas para el futuro son bastante diferentes de las de aquellas mujeres de generaciones pasadas. Por un lado, ella sabe que puede tener un tercio de su vida todavía por delante; por otro, espera que esos años sean buenos años, un período agradable y productivo de su vida. Su optimismo está bien fundado. Las mujeres que consistentemente toman parte en alguna forma de actividad física pueden llegar a ser fisiológicamente 10 o 20 años más jóvenes que aquellas mujeres sedentarias de la misma edad cronológica. 


LA MUJER ACTIVA 

¿Qué es lo que define a una mujer activa y en qué se diferencia fisiológicamente de una sedentaria? En términos de comportamiento, una mujer es "activa" si alcanza el desarrollo y mantenimiento de la salud cardiorrespiratoria. Estos criterios incluyen participar, al menos, tres veces por semana de una actividad aeróbica que mantenga su frecuencia cardiaca al 60-90 % de su frecuencia máxima, durante un período de 15-60 minutos. Las actividades, que deberían involucrar grandes grupos musculares, son aquellas que pueden ser realizadas, continua y rítmicamente.  


LA MUJER SEDENTARIA 


La mujer sedentaria es la antítesis de la mujer activa. No participa en ningún programa regular de actividad física, no tiene "hobbies" activos y raramente realiza otras actividades físicas que no sean las esenciales de la vida diaria. 
Los resultados son predecibles. Debido a que el organismo se adapta rápidamente a las demandas que se le imponen, los sistemas fisiológicos responden a la inactividad con una disminución en la capacidad para mantener actividades intensas, una menor fuerza y resistencia muscular, una pérdida de la flexibilidad y un aumento de la masa grasa. Algunos de estos cambios se deben al envejecimiento fisiológico, son ocasionados por la inactividad y son reversibles. 


ENVEJECIMIENTO E INACTIVIDAD 

Uno de los problemas en la identificación de los cambios fisiológicos resultantes del envejecimiento en sí, es la tendencia que tienen muchas personas mayores, particularmente las mujeres, de disminuir la cantidad de actividad física que realizan. La disminución en la función fisiológica, asociada con el organismo que está envejeciendo, se enfrenta también con la pérdida de funciones debido a la inactividad. Es cierto que algunas funciones fisiológicas declinan con la edad; pero otras no. La pregunta que muchos investigadores se están haciendo, es cuánto de la disminución observada se debe al proceso de envejecimiento, y cuánto es el resultado de un estilo de vida sedentario. 


EXÁMENES MEDICOS 

Un examen médico exhaustivo es indispensable para cualquier persona sedentaria que desee iniciar un programa de ejercicios. Dentro de estos exámenes es aconsejable incluir una ergometría que sirva para identificar los posibles problemas cardíacos.  


PROGRAMA DE EJERCICIOS 

La clave para que un programa de ejercicios sea exitoso para las personas mayores, es adaptar gradualmente el cuerpo a las nuevas demandas que la actividad le impone. Los problemas médicos más frecuentes con los que se encuentran las personas que comienzan a entrenar no son accidentes cardiovasculares, sino problemas ortopédicos y lesiones musculares. La mayoría de estos problemas, que en lo inmediato generan desánimo para la participación futura, pueden ser evitados prescribiendo el tipo apropiado de ejercicios y adecuando la intensidad, frecuencia y duración de la actividad, teniendo en cuenta la experiencia y necesidades de cada persona en particular. 
Si bien aumentar la capacidad funcional del sistema cardiovascular puede ser el objetivo último de cualquier programa de entrenamiento, es importante recordar que los huesos y tendones-particularmente los de las extremidades que soportan el peso- también necesitan ser "entrenados" y que los músculos, largamente inutilizados, necesitan adaptarse a las nuevas demandas. Por estas razones, el programa de actividades para personas sedentarias deberían enfatizar los ejercicios de flexibilidad y la caminata enérgica. Si las condiciones lo permiten, esta caminata puede estar combinada con otras actividades, tales como la natación o el ciclismo, en las cuales no se soporta el propio peso y se estimulan otros grupos musculares. Las personas de esta edad deberían evitar los ejercicios de alto impacto o de rebotes. 


Buenos hábitos de salud a los 60 y después 

¿Qué sucede si nunca he sido muy activo? ¿Y Comenzar ahora realmente podrá hacer alguna diferencia? 
¡Sí! La actividad física es buena para la gente a cualquier edad. Entre los adultos mayores las caídas son una causa común de lesión y discapacidad. La actividad física hace que sus huesos y sus músculos sean más fuertes. Cuando sus músculos son fuertes usted tiene menos probabilidad de caerse. Si se cae, los huesos fuertes tienen menos probabilidad de romperse. 
La actividad física regular también es buena para su cerebro. Estudios recientes han demostrado que la gente que hace ejercicios simples con regularidad, por ejemplo caminar rápidamente, tienen más capacidad para tomar decisiones que otras personas que no son activas físicamente. 
Desde la diabetes hasta la enfermedad coronaria, muchos problemas de salud crónicos (continuos) mejoran incluso con cantidades moderadas de actividad física. Para las personas que tienen estas condiciones no hacer ejercicio es un riesgo mayor que las lesiones relacionadas con el ejercicio. 
Hable con su médico sobre sus planes antes de comenzar. Al principio, cuando usted comienza a aumentar su actividad física, es muy factible que le duelan los músculos, pero no considere esto una razón para parar. El dolor leve desaparecerá en unos pocos días a medida que usted se acostumbra más a la actividad física. 


¿Cuál es la manera de ponerme activo físicamente ahora los 60 años? 

Para la mayoría de las personas caminar es una de las actividades más fáciles para hacer. Los expertos recomiendan por lo menos 30 minutos de actividad física la mayoría de los días a la semana, pero usted no tiene que hacer todos los 30 minutos a la vez. Trate de caminar durante 15 minutos dos veces al día, o durante diez minutos tres veces al día. 
Las personas que se han vuelto activas físicamente en la edad avanzada dicen que hacer ejercicio con un compañero es la mejor motivación para ceñirse al hábito. Algunos sugieren comenzar o unirse a un grupo de caminantes con vecinos o amigos. Otros sugieren conseguir un perro que necesite llevarse a caminar. 
Si caminar no es su idea de pasar un buen rato trate de trabajar en el jardín o de bailar. Vaya a pescar o a nadar. La actividad puede ser algo que usted disfrute y que además sea bueno para usted. 


¿Y el entrenamiento de fortaleza? 

Cuando sus músculos están fuertes, las actividades como sacar un asiento afuera o mantener una puerta abierta son mucho más fáciles. Si usted decide levantar pesas, comience con una pesa de una a cinco libras. Si no tiene pesas, puede usar una lata de sopa, un libro o una botella llena de agua. Mantenga sus pesas en el mismo cuarto que su televisión y haga unos cuantos ejercicios mientras mira televisión. 

Otra manera de desarrollar músculo es usar una banda elástica de resistencia, también conocida como banda para hacer ejercicios. Las bandas de resistencia son flexibles y vienen en distintas longitudes. Comúnmente se usan para fortalecer los músculos de la parte superior del brazo y los de las piernas. 


¿Por qué debería comer más fibra? 

La fibra puede mejorar su salud de tres maneras: Ayuda a que su colon funcione mejor; disminuye el riesgo de enfermedad coronaria y cáncer; y se asocia con niveles de colesterol bajos. 
Los hombres mayores de 50 años de edad deben obtener 30 gramos de fibra al día; las mujeres mayores de 50 años deben obtener 21 gramos al día. 


Alimentos ricos en fibra 
  • Afrecho de trigo sin procesar. 
  • Cereales para el desayuno sin refinar. 
  • Harinas de centeno y de trigo integral. 
  • Panes de grano, como de trigo integral y de centeno o pan integral de centeno. 
  • Frutas frescas tales como manzanas. 
  • Frutas secas como las ciruelas pasas, melocotones e higos. 
  • Verduras tales como brócoli y zanahorias. 

Actividad Física para DIABETES DE TIPO I 

La diabetes de tipo I está caracterizada por una inadecuada secreción pancreática de insulina, y por la consiguiente necesidad de reemplazo diario de esta hormona a través de inyecciones subcutáneas. En la ausencia de insulina exógena, el transporte de glucosa a las células se ve perjudicado, provocando una progresiva hiperglicemia. Los individuos con diabetes del tipo II (o de comienzo adulto) son, por lo general, personas mayores a 45 años y normalmente sufren una resistencia a la insulina, más que de una insuficiencia cuantitativa. Normalmente, las medicaciones por vía oral y la pérdida de peso son capaces de controlar la hiperglicemia en la diabetes de tipo II, sin necesidad de aplicación de insulina. 
El objetivo principal en el tratamiento diario del paciente con diabetes de tipo I es mantener un estado de glicemia - previniendo la híper e hipoglicemia - balanceando las influencias de la dieta, el ejercicio, y la insulina sobre los niveles de glucosa sanguínea.  


Control Metabólico Óptimo 

La persona diabética que realiza ejercicios en un estado de buen control metabólico (niveles adecuados insulina y concentración normal de glucosa sanguínea), normalmente, muestra una disminución gradual en glucosa plasmática con el ejercicio prolongado, la que puede producir eventualmente producir una hipoglucemia sintomática. En esta situación, el consumo de glucosa por el músculo aumenta en forma adecuada, pero los niveles de azúcar en sangre disminuyen, ya que la ausencia de una disminución de la insulina plasmática inducida por ejercicio inhibe la producción de glucosa hepática así como movilización de los ácidos grasos desde las reservas lípidos. Es decir, la maquinaria de ejercicio funciona normalmente, pero la línea de aporte de energía está cortada. 
Varios factores determinan el grado de la disminución de la glucosa sanguínea y el riesgo de hipoglucemia. La caída del azúcar en sangre se precipita más si el ejercicio se realiza en el momento de la acción pico de la insulina inyectada. Esto ocurre de 2 a 4 horas luego de la inyección de insulina regular, y el ejercicio intenso es más probable que produzca una hipoglucemia en ese momento.  
Basados en esta información, se pueden formular estrategias para aumentar la ingesta de carbohidratos y ajustar las dosis de insulina, de manera de permitir una participación total en las actividades deportivas. Estas tácticas se discutirán más adelante en este artículo. 


ENTRENAMIENTO DEPORTIVO Y CONTROL DE LA DIABETES 

El descubrimiento de que el ejercicio agudo podía disminuir la glucosa sanguínea en sujetos diabéticos llevó a la esperanza que la actividad física regular, o el entrenamiento, podrían ayudar a normalizar la glucemia y reducir los requerimientos insulínicos sobre una base crónica. Se podría esperar, por otro lado, que éste hecho redujera las complicaciones de la diabetes, a largo plazo.  


Fracaso del Ejercicio en el Control de la Diabetes 

“Para utilizar el ejercicio como una herramienta terapéutica para mejorar a largo plazo el control glicémico de la diabetes (de tipo I), el paciente tendría que realizar ejercicios todos los días, en un horario regular durante un periodo definido, a una determinada intensidad con dudosa perspectiva de éxito... El uso de la actividad física como herramienta para mejorar el control metabólico en la diabetes de tipo I, parece ser poco práctico” 


DIABETES, EJERCICIO, Y ATEROSCLEROSIS 

El mayor peligro para los diabéticos es la muerte prematura por enfermedad vascular aterosclerótica (infarto de miocardio, ataque, etc.). La enfermedad de las arterias coronarias es la causa subyacente de muerte en, aproximadamente, el 40 % de los individuos con diabetes, con una incidencia del doble, con respecto a la población no diabética. Es menos probable que los pacientes diabéticos sobrevivan a un infarto de miocardio, y aquellos que lo logran tienen pronósticos más reservados qué los no diabéticos. 
No está claro por qué tanto los individuos con diabetes de tipo I, como de tipo II, tienen esta tendencia para la aterosclerosis. Los factores de riesgo de la enfermedad de las arterias coronarias podrían compartirse con la diabetes (particularmente aquellos con diabetes de tipo II); en forma alternativa, los trastornos metabólicos intrínsecos del estado diabético, en sí, podrían cumplir un papel importante. Existe suficiente información disponible para aconsejar el ejercicio como medio para prevenir la enfermedad cardíaca isquémica en los adultos. Por consiguiente, la actividad física regular debería ser una parte particularmente importante de la vida diaria de los pacientes diabéticos. 


Artritis 

Los tipos más comunes de artritis son la artritis reumatoide y la osteoartritis. La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad sistémica de tipo inflamatorio que se manifiesta en múltiples articulaciones del cuerpo. Se cree que es el resultado de una respuesta inmune defectuosa y los cambios en los estilos de vida como el ejercicio no tienen mucho resultado sobre el control de los síntomas. 
La osteoartritis (OA) se caracteriza por la degeneración del cartílago, el tejido duro y resbaloso que cubre los extremos de los huesos donde convergen para formar una articulación. El cartílago sano permite a los huesos deslizarse entre sí y absorbe la energía de los impactos del movimiento físico. En la OA, la capa superficial del cartílago se rompe y se desgasta, lo cual permite que los huesos bajo el cartílago friccionen, causando dolor, inflamación y pérdida de movimiento en la articulación. 
Las articulaciones más comúnmente afectadas son las rodillas, caderas, así como las de las manos y columna vertebral. El inicio de la OA es gradual y por lo general comienza después de los 40 años. Actualmente, no hay cura para la OA; sin embargo, existe tratamiento para aliviar los síntomas y ello puede incluir una combinación de: educación del paciente, terapia física, control de peso y uso de medicamentos. 


Síntomas de la osteoartritis 

Quienes padecen de OA normalmente presentan dolor en las articulaciones y ciertas limitaciones en el movimiento. En algunas personas, la OA se desarrolla rápidamente; sin embargo, en la mayoría de las personas, el daño articular ocurre gradualmente, con los años. La OA puede ser relativamente leve e interferir poco con la vida diaria, pero también puede producir mucho dolor y discapacidad. 
Los signos de advertencia de la OA incluyen: rigidez en una articulación al levantarse de la cama o al estar sentado por mucho tiempo, inflamación en una o más articulaciones, y una sensación de chirrido o el sonido de fricción entre dos huesos. En etapas iniciales de la enfermedad, la persona puede sentir dolor después de hacer un trabajo físico o ejercicio. Posteriormente, el dolor de la articulación puede volverse más persistente. 
El diagnóstico temprano y el control adecuado de la artritis, incluida las actividades de autocontrol de la enfermedad, pueden ayudar a las personas con artritis a reducir el dolor, mejorar la función y mantenerse productivas. Si usted presenta síntomas de OA, consulte a su médico y comience el debido control de su condición médica. 


Prevención y control de la osteoartritis 

Las investigaciones han demostrado que la actividad física, como la rutina de actividad física, disminuye el dolor, mejora la función y retrasa la discapacidad. La actividad física también ayuda a mantener un peso adecuado y las investigaciones sugieren además que mantener un peso saludable reduce el riesgo de desarrollar OA y reduce su avance. 


Osteoartritis y el ejercicio 

El ejercicio es uno de los mejores tratamientos para la OA. El ejercicio puede mejorar el estado de ánimo y el optimismo, reducir el dolor, aumentar la flexibilidad, fortalecer el corazón y mejorar el flujo sanguíneo, mantener el peso y mejorar el bienestar físico en general. La cantidad y la forma de ejercicio adecuados para usted dependerán de las articulaciones comprometidas, de qué tan estables estén las articulaciones y de si usted ha sufrido el reemplazo quirúrgico de alguna articulación. Su médico o su terapista físico pueden ayudarle a desarrollar una rutina de acondicionamiento físico adecuada para usted. 


Las recomendaciones generales incluyen: 
  • Hacer 30 minutos de actividad aeróbica dos o tres veces por semana. 
  • Hacer entrenamiento de fuerza una o dos veces por semana . 
  • Incluir ejercicios de flexibilidad o estiramientos. 
  • Evitar actividades de alto impacto o las que requieran movimientos repentinos, de esfuerzo. Pregunte a su médico o a su fisioterapeuta cuáles son los lineamientos a seguir para ejercitarse cuando una articulación está adolorida o si presenta inflamación. Asimismo, compruebe si puede utilizar fármacos para el alivio del dolor o hielo después de ejercitarse. 
Osteoporosis 

La osteoporosis es una enfermedad en la que los huesos se vuelven frágiles y más propensos a romperse. Las mujeres tienen cuatro veces más probabilidades de desarrollar osteoporosis. La osteoporosis es más común en mujeres de 50 años en adelante porque los niveles de estrógeno disminuyen con la edad y la falta de estrógeno hace que las células que crean nuevos huesos sean menos activas que las células que eliminan los huesos envejecidos. Por consiguiente, los huesos se desgastan más rápido de lo que se crean. 
Osteoporosis actividad física 

Si no se previene o no recibe tratamiento, la osteoporosis puede progresar en forma indolora hasta que un hueso se rompa. Estos huesos que se rompen, también conocidos como fracturas, por lo general son los de la cadera, columna vertebral y muñecas. Aunque no se puede prevenir la pérdida de estrógeno que ocurre con la menopausia, hay pasos que puede tomar para cuidar sus huesos, y su médico puede ayudarle. 
Síntomas de la osteoporosis 

La osteoporosis a menudo se llama una “enfermedad silenciosa” porque la pérdida ósea ocurre sin sintomatología. Las personas pueden no darse cuenta de que padecen de osteoporosis hasta que sus huesos se debilitan de tal manera que un esfuerzo, golpe o caída repentinos le causan una fractura o hacen que una vértebra se rompa. 
Prevención y control de la osteoporosis 

La osteoporosis se puede prevenir en la mayoría de las personas. Crear huesos fuertes, especialmente antes de los 30 años, puede ser la mejor defensa para no desarrollar osteoporosis, y un estilo de vida saludable puede ser de importancia crítica para mantener los huesos fuertes. La prevención de esta enfermedad es muy importante porque, aunque existen tratamientos para la osteoporosis, actualmente no existe ninguna cura. 
La Fundación Nacional contra la Osteoporosis recomienda cinco pasos para prevenir la osteoporosis, y señala que ninguno de los pasos por sí solo es suficiente para prevenirla. 
  • Tomar su dosis diaria recomendada de calcio; dependiendo de su edad, el consumo adecuado de calcio está entre 1000 y 1300 mg al día. 
  • Hacer ejercicios regulares de carga de peso, como el entrenamiento de resistencia que ofrece la rutina regular de actividad física. 
  • Evitar fumar y el consumo excesivo de alcohol. 
  • Consultar a su médico sobre su salud ósea. 
  • Cuando corresponda, realizarse una prueba de densidad ósea y tomar medicamentos. 
Consumo de calcio según la edad 

El consumo de referencia de calcio en la dieta, según recomienda la Academia Nacional de, es el siguiente: 
Edad (años) Calcio (mg/día) Porciones de alimentos lácteos* 
1–3 500 3 porciones** 
4– 8 800 3 porciones 
9–18 1300 4 porciones 
19–50 1000 3 porciones 
50+ 1200 4 porciones 
* Las porciones recomendadas de alimentos lácteos se basan en las recomendaciones de calcio. Una porción de alimento lácteo equivale a 1 taza de leche, 1 taza de yogurt y entre 1 y 1,5 rebanada de queso. 
**Las porciones para niños entre 1 y 3 años equivalen las dos terceras partes de la porción del adulto.  
Osteoporosis y el ejercicio 

El ejercicio también es importante para una buena salud ósea, y nunca es demasiado tarde para comenzar. La Fundación Nacional contra la Osteoporosis recomienda una combinación de entrenamiento de resistencia, actividades aeróbicas de carga de peso y ejercicios de flexibilidad, y todo eso lo obtiene con de actividad fisica. Las recomendaciones generales incluyen: 
  • Hacer 30 minutos de actividad aeróbica dos o tres veces por semana. 
  • Hacer entrenamiento de fuerza una o dos veces por semana. 
  • Incluir ejercicios de flexibilidad o estiramientos. 
  • Evitar actividades de alto impacto o las que requieran movimientos repentinos, de esfuerzo. Debido a los diversos grados de osteoporosis y al riesgo de fractura, ciertos ejercicios de entrenamiento de resistencia, aeróbicos y de flexibilidad pueden no ser adecuados. Pregunte a su médico o terapista físico si usted corre riesgo de padecer problemas relacionados con la osteoporosis y averigüe cuáles son los ejercicios adecuados para usted.