lunes, febrero 09, 2015

Anemia. Como superarla!

Anemia. Como superarla!
   
La anemia, o disminución de la concentración de hemoglobina en la sangre, puede deberse a diversas causas, y la más común es la falta de hierro, pero también puede ser un síntoma de un trastorno subyacente.
Se considera anemia cuando disminuye la concentración de hemoglobina en sangre, aunque la de eritrocitos sea normal o incluso elevada. Los límites de referencia de la concentración de hemoglobina en sangre pueden variar según la población analizada, ya que depende de factores diversos como la edad, el sexo, las condiciones ambientales y los hábitos alimentarios.  
La anemia constituye una de las causas más frecuentes de consulta por tres motivos principales:
  1. Elevada incidencia en niños, mujeres, jóvenes y adultos con carencias en su alimentación (déficit de hierro y ácido fólico, especialmente).
  2. Suele estar asociada a muchas otras enfermedades, en las que constituye un síntoma del trastorno subyacente.
  3. Elevada frecuencia en ciertos grupos étnicos (relacionada con la malnutrición y muy extendida, por lo tanto, en aquellos países en vías de desarrollo, cuya población carece de recursos para mantener una alimentación adecuada).
Las manifestaciones clínicas de la anemia (síndrome anémico) son consecuencia de la puesta en funcionamiento de diversos mecanismos de  compensación o adaptación que ocurren en el cuerpo para hacer frente al descenso de la oxigenación en los tejidos (hipoxia).
Síntomas de la anemia
El síndrome anémico lo forman un conjunto de signos y síntomas, los principales  son:
Palidez: es una consecuencia directa de la vasoconstricción generalizada (cierre de los vasos sanguíneos) y del descenso de la concentración de la hemoglobina en sangre.
Astenia: el individuo anémico se siente “cansado”).
Disnea: sensación subjetiva de falta de aire.
Fatiga muscular: incluso con pequeños esfuerzos.
Manifestaciones cardiocirculatorias: taquicardia y palpitaciones que son constantes en caso de anemia moderada o intensa.
Trastornos neurológicos: alteraciones de la visión. Cefaleas (dolor de cabeza).
Manifestaciones neuromusculares: consisten principalmente en cambio de la conducta, cefaleas, vértigos, trastornos visuales, insomnio, incapacidad para concentrarse y, ocasionalmente, desorientación.
Alteraciones del ritmo menstrual: la existencia de reglas abundantes (hipermenorrea) es la causa más frecuente de anemia en las mujeres jóvenes. Sin embargo, cuando la anemia es más intensa, suele apreciarse una disminución del ritmo menstrual, con tendencia a la amenorrea.
Alteraciones renales: se produce una retención acuosa que puede dar lugar a la aparición de edemas o hinchazón en las piernas.
Trastornos digestivos: consisten en anorexia, náuseas y, ocasionalmente, estreñimiento.
¿Cómo Superarla?
El tratamiento de la anemia depende de la causa que la provoca. Sea cual sea, el objetivo será incrementar el nivel de oxígeno que la sangre es capaz de transportar, ya sea mediante el aumento de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina. Por supuesto, habrá que tratar también la causa o enfermedad que pueda haber provocado la anemia.
En general bastará con la reposición de hierro por vía oral en casos de anemia ferropénica; o de vitamina B12 y ácido fólico en casos de anemia megaloblástica.
Cuando se deba a pérdidas importantes de sangre se realizará una transfusión de sangre. Y en casos más específicos (como síndromes hereditarios) puede plantearse el trasplante de médula ósea. En todo caso es necesario consultar con el médico especialista para que te indique el tratamiento de la anemia más adecuado para tu caso.
En caso de anemia ferropénica te proponemos una serie de pautas alimenticias a seguir para recuperar tus niveles de hierro normales.
El hierro en los alimentos
Este mineral se encuentra distribuido en numerosos alimentos, sin embargo, no todo el hierro presente en los alimentos es igualmente biodisponible, es decir, no todo el hierro se absorbe de igual manera. De hecho, se estima que sólo un 10-15% del hierro presente en la dieta es absorbido por el intestino.
Por otro lado, los alimentos contienen componentes que pueden activar o inhibir la absorción del hierro, influyendo así en los niveles de este mineral en el organismo. De hecho, la presencia de estos activadores o inhibidores puede afectar hasta 10 veces a la absorción del hierro no hemo o de origen vegetal. Algunos de ellos son:
Activadores de la absorción de hierro: ácidos de las frutas, como el cítrico, ascórbico o málico y la proteína de los tejidos animales (carne, pescado, aves).
Inhibidores de la absorción del hierro: algunos minerales como el calcio, manganeso, algunas proteínas del huevo, fitatos (presentes en legumbres, cereales integrales), oxalatos (en espinacas) y taninos del café, té, cacao y algunos vegetales.